Millones conviven con hipertensión sin saberlo
La insuficiencia cardíaca y la hipertensión avanzan silenciosamente en Chile y el mundo. En el Día Mundial de ambas enfermedades, especialistas advierten sobre su estrecha relación y los riesgos de no detectarlas a tiempo.

Tanto la insuficiencia cardíaca como la hipertensión arterial son consideradas patologías silenciosas que afectan a millones de personas sin que lo sepan.
En el marco del Día Mundial de la Insuficiencia Cardíaca (9 de mayo) y el Día Mundial de la Hipertensión Arterial (17 de mayo), el doctor Mario Chiong, bioquímico e investigador del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (Accdis), profundizó en cómo ambas condiciones están estrechamente conectadas y por qué representan un desafío urgente en salud pública.
Las cifras globales preocupan: más de 64 millones de personas viven con insuficiencia cardíaca, una enfermedad que representa alrededor del 32% de las muertes a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud.
En Chile, el panorama no es alentador: la insuficiencia cardíaca afecta al 3% de la población general, superando el 10% en adultos mayores de 70 años. La hipertensión, en tanto, impacta al 36% de los chilenos, superando la media mundial de 33%.
El vínculo entre hipertensión e insuficiencia cardíaca
“La presión arterial elevada obliga al corazón a trabajar de forma constante y forzada. Esta sobrecarga puede debilitar progresivamente el músculo cardíaco, conduciendo a una insuficiencia cardíaca”, explicó el Dr. Chiong.
La insuficiencia cardíaca, agregó, no implica que el corazón deje de funcionar, sino que pierde eficacia al bombear sangre. Puede presentarse como una fracción de eyección reducida (HFrEF) o preservada (HFpEF), y ambas impiden que los órganos reciban oxígeno y nutrientes necesarios.
Síntomas poco evidentes, pero graves si no se detectan
Ambas enfermedades comparten una evolución lenta y síntomas que pueden pasar inadvertidos. Fatiga, dificultad para respirar, hinchazón en extremidades, tos persistente y latidos irregulares son señales frecuentes. “En etapas más avanzadas, los pacientes reportan una marcada disminución de su capacidad para realizar actividades físicas”, añadió el especialista.
Además, los tipos de insuficiencia cardíaca afectan de forma distinta según el sexo: la forma con fracción de eyección reducida es más común en hombres, mientras que la fracción preservada aparece con mayor frecuencia en mujeres mayores con antecedentes de obesidad, hipertensión o diabetes.
Tratamientos actuales y prevención desde el estilo de vida
Aunque no existe cura definitiva, sí hay avances significativos en los tratamientos, especialmente para HFpEF. La empagliflozina, fármaco aprobado en 2021, ha demostrado reducir hospitalizaciones y muertes asociadas. Sin embargo, las terapias se enfocan en controlar los síntomas, evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida.
La prevención sigue siendo la herramienta más eficaz. “Cambios en el estilo de vida como mantener un peso saludable, reducir la sal, evitar el alcohol y el cigarro, controlar el estrés y hacer ejercicio son clave para reducir el riesgo”, destacó Chiong.
Las enfermedades cardiovasculares pueden desarrollarse en silencio, pero su impacto puede ser devastador si no se detectan ni se tratan a tiempo.