Columna de Miguel Ángel San Martín: Chile enfrenta decisivo proceso electoral

Ante la evidente división interna entre las candidaturas, que provoca un número de ocho candidatos, lo más lógico es que ninguno alcance la mayoría absoluta, por lo cual se prevé un balotaje o segunda vuelta con los dos postulantes con mayor votación.

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Por Miguel Ángel San Martín, desde España
Actualizado el 17 de octubre de 2025 - 4:53 pm

Con tantos candidatos es improbable una definición en primera ronda / Foto; AGENCIAUNO

La campaña electoral en Chile entra en una larga recta final que finalizará el 13 de noviembre, porque el domingo 16 se realizará la elección presidencial, en primera vuelta, conjuntamente con las parlamentarias.

En esa fecha se renuevan los 155 escaños que componen la Cámara de Diputados y casi la mitad de los 50 que componen el Senado. Esta vez serán 23 los senadores que representarán a las siete circunscripciones electorales, de las 15 que existen, que renuevan sus escaños.

Para la Presidencia de la República hay ocho candidatos. Tres independientes de izquierda, uno del bloque progresista de centro izquierda, uno del sector populista de centro, otro de la derecha tradicional, y otros dos de la derecha dura o extrema derecha.

Multa para quien no vote

Ante la evidente división interna entre las candidaturas, que provoca tal número de candidatos, lo más lógico es que ninguno de ellos alcance la mayoría absoluta, por lo cual se prevé un balotaje o segunda vuelta con los dos postulantes con mayor votación, a realizarse el domingo 14 de diciembre.

Según las cifras oficiales, de los más de 19 millones y medio de habitantes que tiene el país, están inscritos automáticamente en los registros electorales 15 millones 779 mil 102 votantes de más de 18 años.

El derecho al voto es obligatorio y quienes no cumplan con su deber cívico y no tengan una explicación válida, serán sancionados con multas que van desde los 34 mil y los 102 mil pesos.

El voto no es obligatorio para extranjeros

Es muy importante considerar que Chile es uno de los países con mayor flexibilidad electoral para los extranjeros residentes, puesto que les permite votar voluntariamente a aquellos que tengan más de 18 años de edad y lleven más de 5 años de permanencia ininterrumpida en el país.

En el mundo, sólo Ecuador, Uruguay, Nueva Zelanda y Malawi tienen legislaciones parecidas a la de Chile. Aunque se ha modificado la ley, exigiendo 10 años de permanencia a los extranjeros para votar, esta norma sólo comenzará a aplicarse desde el próximo año.

No es baladí este asunto, porque en nuestro país hay más de 850 mil extranjeros con derecho a voto, lo que significa alrededor del 5,6% del universo votante. Y, según estudios y sondeos realizados por la Universidad del Desarrollo, un 70% de ellos votará por candidatos de la derecha. Sin duda, pueden ser decisivos en el resultado final de las elecciones.

Este derecho que consagra la posibilidad de votar a los extranjeros residentes en Chile, está considerado en la Constitución desde 1980, en plena dictadura de Augusto Pinochet. Sin embargo, el mayor flujo de extranjeros entrando a Chile se produjo en los últimos siete años.

La campaña y las fake news

El panorama electoral chileno está muy enrarecido, convulso y sometido a una constante presión mediática. Y son las campañas de los propios candidatos las que provocan una fuerte tensión. Muchas veces ficticia, por la utilización masiva e indiscriminada de las fake news o noticias falsas, que se hacen circular a través de las incontroladas redes sociales.

Hay casos demostrados en que algunos medios de prensa tradicionales basan sus informaciones en hechos que circulan por dichas redes, sin ser contrastadas por las fuentes oficiales.

Además, hay candidaturas que intentan desprestigiar a sus rivales mediante la mentira, usando vías creadas por las nuevas tecnologías y que no cuentan con una legislación que permita controlarlas.

Y ha habido casos en que algún candidato o candidata las denuncia públicamente, pero al final no acuden a los tribunales por presiones externas o conveniencias individuales. Esto afecta a la credibilidad de los ciudadanos y al normal desarrollo de la propia democracia.

Opciones muy distintas

Chile está sumido en este proceso electoral y la base de las campañas está en el modelo a seguir. Hay candidaturas que se muestran a favor del fortalecimiento del Estado, como garante de los beneficios sociales alcanzados, en tanto que otras opinan lo contrario.

Es el sello de identidad de un proceso de cambios significativo, especialmente en lo que se refiere a la distribución de las riquezas de un país que pervive sumido en la contradicción de una desigualdad mayúscula, a pesar de los enormes avances de una macro economía muy bien valorada a nivel internacional.