Columna de José Antonio Lizana: Ante un fútbol chileno ultrajado
Ya no tenemos la urgencia asfixiante de los puntos, porque ya los perdimos todos. Hoy necesitamos vencer a la mala gestión, la falta de procesos y al estancamiento de nuestro fútbol.

Gustavo Huerta podría ser uno de los entrenadores idóneos para asumir el cargo de seleccionador nacional. Por su profesionalismo, honestidad y trayectoria. Pero antes debe hacer un levantamiento de la situación catastrófica del balompié chileno: sentarse a la mesa y exigirle varias cosas a Pablo Milad.
Nuestro fútbol fue abusado, ultrajado y devastado y el nuevo técnico de la Roja tendrá que refundarlo. Por lo mismo, hoy hay que poner los paños fríos, porque ya no necesitamos los puntos urgentes, porque ya los perdimos todos.
Hoy necesitamos un proceso como el que lideró Marcelo Bielsa, con unas clasificatorias completas e impecables. Y digo clasificatorias completas, porque a partir del entrenador rosarino todos tuvieron que tomar el fierro caliente y en la marcha ir arreglando la carga.
En 2011, Claudio Borghi empezó el proceso para Brasil 2014, pero tuvo el traspié en la Copa América 2011 y no terminó el ciclo. Jorge Sampaoli asumió en la segunda rueda rumbo a esa cita planetaria y, con un gran rendimiento, clasificó al equipo nacional.
Posteriormente, en el Mundial, de la mano del coach casildense, Chile dio espectáculo y casi tumba al dueño de casa en octavos de final. En ese momento de derrota y tristeza, los jugadores y el entrenador se prometieron ganar la Copa América, que se iba a jugar en casa. Al año siguiente, cumplieron su palabra.
Para el nuevo ciclo clasificatorio para Rusia 2018, Sampaoli desertó tras verse envuelto en las irregularidades de la gestión de Sergio Jadue.
Falta de recambio
Otra vez, un entrenador argentino que asumía un proceso ya empezado por otro colega: Juan Antonio Pizzi. Anduvo a los tumbos en las Clasificatorias, pero ganó la Copa América Centenario 2016 y consiguió el subcampeonato en la Copa Confederaciones 2017.
Ese desgaste competitivo, la mano blanda del entrenador y los egos del plantel, tuvieron un alto costo: quedar inexplicablemente fuera del Mundial.
Para Qatar 2022, asumió el colombiano Reinaldo Rueda, con vasto currículum, pero que desconocía completamente el medio, y perdió mucho tiempo probando jugadores. Aquí parecía que se volvía a enderezar el camino, pero en el inicio de las Clasificatorias hubo derrotas dolorosas. Y, además, en el país se produjo un levantamiento popular que hizo detener el fútbol.
También en 2020, la pandemia del covid afectó a todo el planeta. Dudas, más problemas sociales y desgaste de la generación dorada, volvieron a sacar a otro entrenador en medio de un proceso clasificatorio. Entre medio, se disputó la Copa América 2019.
A modo de parche, Milad contrató a Martín Lasarte, un buen técnico de equipos y conocedor del fútbol chileno. También echó mano a los jugadores de la generación dorada, pero finalmente no le alcanzó para llegar a Qatar 2022. En el ínterin se disputó la Copa América 2021.
Ahora parecía que sí, rumbo al Mundial de Norteamérica 2026, con Eduardo Berizzo ex ayudante de Bielsa, comenzando desde cero en las Clasificatorias y sin la presión de la Copa América a disputarse entre medio. Pero la falta de gol se hizo crónica y la falta de recambio, también.
Cero aporte
Acá el “Toto” tuvo que imitar a su maestro y debió renovar completamente el plantel. Porque en su último partido ante Venezuela, aparte de la vergonzosa derrota, también fue evidente la falta de velocidad de nuestros jugadores históricos. El entrenador argentino tuvo un aceptable cometido con la selección de los Panamericanos, donde consiguió el subcampeonato. Debió darle más tiraje a la chimenea, pero no lo hizo. Siempre fue timorato y acontecido.
Personalmente, creo que el proceso Berizzo estuvo demás y ahí debió llegar Ricardo Gareca, y no un año después, cuando y se había acabado todo. Nadie avizoraba tampoco que el ex entrenador de Vélez Sarsfield vendría de vacaciones pagadas a Chile.
No le gustó el país, no se motivó y no le interesó. Es seguro que “pega” tendrá en otros lados, mientras nosotros nos quedamos fumando un pucho. Cero aporte y tiempo perdido.
Huerta, Díaz, García
Por lo mismo, Gustavo Huerta u otro debe hacerle una lista de peticiones al “mandamenos” de la ANFP, para iniciar un ciclo de ocho años. Ya estamos atrasados para el Mundial de Sudamérica 2030, donde las clasificatorias comenzarán en 2026 y 2027. Y por la localía, quizás de antemano clasificarán directo Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.
Creo que, ante esta debacle, recién los resultados se verán en dos ciclos más. Esperemos que el Mundial Sub 20 también nos deje algo.
Asimismo, el medio debe madurar las frustradas experiencias anteriores, dejando de lado el amarillismo y la farándula a un lado.
Salvar al fútbol chileno es un desafío mayor y nos compromete a todos, y no solamente a Gustavo Huerta, Fernando Díaz, Jaime García u otro.
Hoy no necesitamos desesperadamente ganarle a Bolivia, Venezuela o Argentina. Hoy tenemos que ganarle a la mala gestión, a la falta de procesos y al estancamiento. Si en ocho años se les gana a esos duros rivales, ese será el verdadero triunfo del fútbol chileno.