Columna de Leonardo Véliz: Dudas y preguntas sobre el INAF
En el Instituto Nacional del Fútbol las irregularidades abundan. Muchos docentes “entrenadores de fútbol” fueron contratados a honorarios. Y algunos llevan 10 años trabajando con boleta y sin ningún beneficio social.

A propósito de un comentario que hice en redes sociales recientemente, en mi veta de inquieto escritor, las respuestas que recibidas son sorprendentes. Jamás pensé que contar una anécdota de fútbol daría paso a una columna de opinión. En síntesis, un día fui al Instituto Nacional del Fútbol (INAF) y el rector me preguntó quién era yo y si era entrenador.
Las soluciones para mejorar el fútbol chileno requieren identificar a los responsables. Una de ellas son las desastrosas gestiones de las Sociedades Anónimas Deportivas y sus políticas para el buen desarrollo de la actividad. Además, la falla es estructural y recae en la Federación, la ANFP (Asociación Nacional de Fútbol Profesional y la Asociación Nacional de Fútbol Amateur (ANFA).
Sin embargo, existe otra institución que es el INAF, responsable de la formación de entrenadores y árbitros, destinada a enseñar las metodologías modernas del fútbol. ¿Quién dirige el INAF? Un señor llamado Martín Mihovilovic, que ocupa el puesto de rector y cuya profesión es ser contador. Llegó como profesor de estadística a una carrera de administración deportiva que ya no existe.
Nunca jugó al fútbol, nunca dirigió un equipo y carece de experiencia futbolística para dirigir una entidad como la nombrada. Está absolutamente desconectado del fútbol. Los estudiantes se preguntan ¿quién lo ubicó en ese puesto? Respuesta: el ex presidente Sergio Jadue, “de vacaciones” en Estados Unidos, donde el FBI lo retiene bronceado en las playas de Miami a cambio de información confidencial de los corruptos de la Conmebol.
Sin beneficios
Todos ellos conocieron la cárcel, excepto uno: Nicolás Leoz, quien, gracias a una avanzada enfermedad, no tomó sol a cuadritos y falleció años después. Los conocí a todos, argentinos, uruguayos, peruanos, brasileños, bolivianos, paraguayos, ecuatorianos, colombianos. Era una bandada o mejor dicho, una banda de coludidos en una perfecta cofradía de truhanes.
Este señor Mihovilovic se ha mantenido en el INAF durante más de 10 años, sorteando todas las presidencias posteriores a Sergio Jadue. Mediante una solapada manipulación política, eludió con éxito cualquier reemplazo y despidió a quien le hizo sombra. Sobrevivió a todo movimiento que pretendía destituirlo.
Es un “rector sin liderazgo” frente a sus docentes y alumnos/as. Les niega las canchas para sus prácticas. Esto es sorprendente. Nunca dialoga con los alumnos, no los saluda en los comedores ni en los pasillos. Y menos se asoma a una sala a explicarles las intenciones de resolver muchas deficiencias para una mejor docencia.
Las irregularidades abundan. Muchos docentes “entrenadores de fútbol” fueron contratados a honorarios. Y algunos llevan 10 años trabajando con boleta y sin ningún beneficio social, como salud, aguinaldos, etcétera.
En invierno -zona precordillerana- la calefacción se enciende en las salas a las 9:30 y se apaga a las 10:30. Los profesores entrenadores de fútbol deben impartir clases con parka. No existen vestuarios adecuados, y los alumnos a veces tienen que cambiarse en un baño común.
Un buen negocio
Anteriores rectores fueron don Pedro Morales, instructor y entrenador de fútbol, Julio Riutort y René Reyes (rector fundador y dirigente). Todos reconocidos en el fútbol, quienes le dieron prestigio a ese instituto educativo de entrenadores y árbitros. Hoy no se puede decir lo mismo: el desprestigio fue arrollado en el sentir del mundo futbolístico.
Hace unas pocas semanas se constituyó un Sindicato de Trabajadores del INAF, con cerca de 60 personas, a pesar del temor laboral e insinuaciones de pasillo para que no se sindicalicen. Es un hito importante para defender los derechos laborales en sintonía con los demás sindicatos de trabajadores del fútbol.
En septiembre, los docentes entrenadores de fútbol con boleta tampoco recibieron aguinaldo. Pero sí otros, por diferencia de sueldos, recibieron un aguinaldo de 200 mil pesos. Una evidente discriminación hacia los docentes entrenadores de fútbol.
El mencionado rector se queja de que no hay dinero. En la actualidad, el instituto -en proceso de reacreditación- cuenta con 600 alumnos, diurnos y vespertinos, entre entrenadores y árbitros. Y el INAF tiene un patrimonio muy importante, reflejado en los balances publicados en la página web del Consejo Superior de Educación. La mensualidad es de 260 mil pesos.
A vuelo de pájaro: más o menos 138 millones de pesos. No paga arriendo, pues el edificio está en comodato por 50 años, solo tiene gastos básicos como luz, agua y otros. En la pandemia no hubo clases presenciales y todos los cursos se impartieron vía internet. Allí se produjo un ahorro considerable. ¿Cuál es el sueldo mensual de este rector desvinculado del fútbol? Similar al sueldo de un ministro o alcalde: aproximadamente seis millones mensuales desde hace más de 10 años.
Mano de obra barata
Y estirando la hebra, empiezan a aparecer otras anomalías (reconocidas por el ámbito futbolístico). Por ejemplo, la convalidación del título de entrenador extranjero ante una comisión examinadora del INAF. Pero resulta que a los extranjeros (argentinos, sobre todo) en esta convalidación el trato está previamente cerrado por un club. Es decir, es un mero trámite.
Ahora hay un sistema de licencias para entrenadores que deben pagar, y así continúa el negocio a diferencia del esfuerzo personal y económico de los entrenadores nacionales. El caso de Milito, ex entrenador de O’Higgins, se presentó a la comisión cuando ya estaba contratado. ¿Qué podría hacer la comisión examinadora del INAF, si el club ya lo tiene acordado? ¿Reprobarlo? La ANFP no puede intervenir, dicen, pues la presión de sus miembros -presidentes de clubes- es evidente y manifiesta. Se saltan todas las reglas. Se pierde la decencia, el decoro y el prestigio.
No olvidar que el INAF es una corporación sin fines de lucro de la Federación de Fútbol. Por lo tanto, debe reinvertir sus recursos en sí misma para mejorar las condiciones laborales y estudiantiles. Recibe recursos del Ministerio de Educación, de la Federación, de la FIFA y la licencia de la Conmebol.
Y eso no es todo en este deplorable escenario. Despertó un creciente malestar en el Centro de Alumnos. Ven que pueden ser futuros desempleados de una actividad controlada por otros intereses de las SAD. Perciben que ellos son solamente mano de obra barata. Deben prepararse contra una oleada de entrenadores foráneos y desconocidos. Los árbitros son otro tema que, al mismo tiempo, viven otra tragedia. Pero el 99% son del INAF, lo cual es un punto positivo. Empleo no les faltará, son indispensables. ¿Pero cómo se les trata?
La última joyita
Los anteriores directores de este Centro de Alumnos se sometieron a los caprichos del rector. Desde 2024 se han agudizado los problemas de contar con canchas para las prácticas. Recientemente, la ANFP restringió el acceso por imposición de la FIFA, para cumplir con el cuaderno de cargos a causa Mundial sub 20.
Sin canchas, los alumnos tuvieron que trasladarse fuera del instituto a sus clases prácticas, a las canchas de la comuna de Macul, en El Líbano. Se trata de un sector muy peligroso por la delincuencia habitual, sobre todo al atardecer. Los alumnos vespertinos ven con preocupación el traslado, pues ya asaltaron a un estudiante con arma blanca.
Al rector se le solicitó un autobús para el traslado del estudiantado a ese sector y evitar otros riesgos. La respuesta es “no hay fondos. Y no me interesa”.
A Jorge Aguilar, director de la ANFP, el INAF le abona un sueldo como asesor. Pero su tarea es minimizar y ocultar cualquier problema denunciado por el alumnado. Hay que recordar que el alumnado es de una clase social de esfuerzo que cancela un pago mensual de 260 mil pesos. Este año, por estatutos, se debe cambiar al rector, pues cumple 10 años en el cargo.
Se espera un cambio inminente en la dirección rectora del INAF. La palabra la tiene el señor Pablo Milad. Otra irregularidad es que el Consejo Superior del INAF debe estar conformado por docentes y alumnos, pero estos no forman parte del consejo.
Y la última “joyita”: un programa especial para jugadores que incluso no han cursado el cuarto medio, requisito indispensable en toda entidad del Estado.
Una vergüenza
¿Quiénes han sido privilegiados con este programa? Varios jugadores carecen de la mínima educación formal y preparación para asumir roles de entrenadores-docentes. Entre ellos, varios de la “Generación Dorada”.
Un ejemplo: en 1993, el Colegio de Entrenadores Profesionales determinó otorgarle el título a Elías Figueroa por su brillante trayectoria. El resultado fue nefasto, pues Elías fracasó como DT en Santiago Wanderers en Segunda División, y en Palestino no tuvo relevancia.
Ya se practicaba este engaño, y jugadores renombrados fueron beneficiados por la permisividad. ¿Prebendas, publicidad para el instituto, manjar para atraer más incautos? Entiendo la indignación de aquellos jóvenes que no fueron futbolistas profesionales.
Recuerdo a George Orwell parafraseando y satirizando ideales socialistas: “Todos son iguales, pero algunos son más iguales que otros”. La justicia y la igualdad social quedan en vergüenza y entredicho.